Felicidades si te llamas Jorge o Georgina, si eres Miguel de Cervantes (vete a saber si su espíritu se ha vuelto adicto a los blogs), y si escribes, lees, vendes, coleccionas, prestas y/o custodias esos objetos peligrosos llamados libros.
En los dos primeros casos (nombre o aniversario), la felicitación es contingente y puntual.
En cualquiera de los otros, considera extendida y reiterada mi felicitación por el resto del año y los demás años venideros de tu, espero, larga y fructifera vida.
He dicho.
Felicidades a tí, por todas esas cosas, y otras tantas.
Tengo uno de esos «objetos peligrosos» en la mesilla de noche.
Lo desgrano, cada nocha, antes del sueño, en pequeñas píldoras…
Me da la oportunidad de reflexionar, un ratito, «de puertas adentro».
Y disfruto cada mensaje, poquito a poco, a sorbitos, como el buen vino.
Lo recomiendo encarecidamente. Es un estupendo lenitivo para el cansancio del día.
Me encantan las afirmaciones rotundas: «Un libro así no está al alcance de cualquier pluma».
Y presume, además, de un título original: ALGUNOS TEXTÍCULOS.
Y yo, de una dedicatoria hermosa de su autor.
Muchas gracias, Juglar. Siempre puede uno contar con tu mirada amable.
Pero, ya sabes: ten cuidado con esos objetos. Sobre todo, no los dejes al alcance de los niños.
Un abrazote y gracias por estar ahí.