Nadie lo engañó. Desde el momento en que la vio, supo que su boca era un abismo, su mirada un veneno, su sexo una trampa mortal.
La rondó durante semanas. Durante meses. Cuando ella, al fin, aceptó citarse con él, puso en orden sus papeles, telefoneó a sus amigos para escuchar su voz por última vez y, tras acicalarse, salió a tiempo para comprar una rosa que llevarle a su encuentro. Jamás nadie volvió a verlo.
A ella sí. Fue vista paseando por la ciudad al amanecer con una sonrisa de saciedad pintada en el rostro y una rosa, de pétalos con bordes ya algo oxidados, en la mano.
… es lo que tiene ser este tipo de Arañas…!!
🙂
Un saludo!
Ja, ja y ja…
Prometo no volver a husmear en tu lintín de teléfonos.
Qué miedo……………Me gusta, sigue así, besos de La Princesa Cautiva, chao
“Jamás nadie volvió a verlo”. Pues mira… creo que anoche lo vi, pero note algo extraño, aunque me sonreía, no se paró casi a saludarme. Le acompañaba una dama con una rosa en la mano, pero no vi sonrisa alguna pintada en su rostro…pero ahora que lo pienso, creo que “el” iba… como muerto.
Dos besos Alex y me debes… ya tu sabes je je je
Maitetxu a él nadie lo volvió a ver en el pueblo, porque después de poseer a la deseada mujer, perdió su encanto, él lo sabía, por eso se fue, desapareció. Ella quedó sola, con el único recuerdo de una rosa, ya marchita…
Me recordó el microcuento de Arreola ” Bíblica ” y la malvada Judith.Me gustan mucho uno y otro.
Qué bonito, Toñi: “Levanto el sito y abandono el campo… La cita es para hoy en la noche. Ven la vada y perfumada. Unge tus cabellos, ciñe tus más preciosas vestiduras, derrama en tu cuerpo la mirra y el incienso…”
¿Recuerdas “Homero Santos”?:
“Los habitantes de Ficticia somos realistas. Aceptamos en principio que la liebre es un gato”.
No mi querida Sandra, “ella” era la “muerte”…el abismo.
Maitetxu, si, seguro que es la “muerte”, mi interpretación solo quiere volar un poco más allá.