Se tatuó un espejo en el rostro. Ahora nadie lo mira directamente a la cara.
« Preferida Sobre «Bauer: Memoria de la nada» »
Alexis Ravelo (la foto es de Chiqui García). Escribidor calvo de Las Palmas de Gran Canaria. Novela negra, cuentos y microrrelato, libro infantil y juvenil, teatro y televisión y, en general, cualquier cosa susceptible de ser escrita y que contribuya a permitirle sobrevivir a base de bocadillos de chopped.
Muy bueno. Es como la greguería de Ramón G. de la Serna, «Si te conoces mucho a ti mismo, dejarás de saludarte», pero más gráfico. Un abrazo.
Pero pueden pasar a través??? Como Alicia???
Muy bueno Alex…los espejos esa obsesión. Entiendo perfectamente lo que quieres expresar. Hay seres antes los cuales nos vemos tal y como somos, es decir, vemos nuestra verdadera apariencia, como si miráramos a través de un espejo interior. De estos individuos huimos, sobre todo si lo que buscamos es solo la adulación o engañarnos pensando “que somos lo que no somos”.
Repito muy buena, una historia contada con 15 palabras
Dos besos Alex
Seguro que todos recordamos la incómoda sensación de hablar con alguien que use gafas «de espejo». La imagen distorsionada de nosotros mismos no es nada agradable.
Lo más probable es que hayamos escuchado nuestra propia voz grabada en una cinta, o video e incluso en el contestador del teléfono y no la reconozcamos, a pesar de que todos te aseguran que eres tú mismo.
Estoy de acuerdo con Mayte, la imagen que tenemos de nosotros mismos probablemente no es la que tienen los otros, y cualquier objeto (espejo, gafas, grabaciones..) que no nos muestre como queremos, nos parece abominable.
Muy bueno
Gracias, Natalia.