El soldado se negó al avance.
El sargento le llamó cobarde.
Le recordó a su madre.
Le pronosticó el fusilamiento.
El soldado se volvió con ira y avanzó hacia él.
El sargento se supo incapaz de devolver el gesto.
Los otros soldados fueron testigos del suceso.
El alto el fuego dio comienzo casi enseguida.
Media hora más tarde se había extendido a toda la línea del frente.
Nadie se preocupó de recuperar el cadáver del sargento.
Negro Ravelo, estás igualito que en la foto. Besos desde el Café de la Ópera.
Maestro Cataño, siempre dejando alto el listón de la elegancia.
¿Por qué matastes al sargento?