Soy incapaz
de amar con serenidad.
Mi pasión es feroz,
cruel,
despiadada.
Lleva la marca de la piel,
de la carne.
Lleva impresos
los signos más externos
de las zonas más secretas
de tu alma.
Desgarraré, si te acercas, tu corazón;
lo devoraré entre mis fauces.
Inevitable riesgo de mi condición predadora:
la probabilidad
de un corazón de gacela en mal estado.
Corrupto,
enfermo,
o, simplemente,
envenenado.
Venenos hay muchos:
relojes,
calendarios,
falsas fidelidades,
listas de boda,
nimias traiciones al atardecer,
verdades a medias,
embustes completos,
frialdades repentinas,
orgasmos fingidos,
descontentos fatuos.
Corazones y venenos.
Gajes del oficio de león.
Sé que moriré
víctima de tu corazón de gacela,
mas me extinguiré saboreándolo.
Bruto.
Ningún predador se conforma con una sola presa… hay que sobrevivir.
Llevo tiempo leyendo ésta página, me gusta mucho, aunque nunca dejé ningún comentario. Lo mismo me sucede con los otros enlaces que ofreces como lugares no comunes. Atractivas todas.
Hoy me atrevo a participar y espero que a partir de ahora, en todas.
Muestras al león como el predador, pero al final lo descubres como la presa. Interesante reflexión.
Saludos y sigue adelante.
Muchas gracias, Marina. Bienvenida y, por favor, no te cortes en participar. Así uno siempre puede saber que hay alguien al otro lado.
No lo dudes, ahora que ya he roto el hielo, no será dificil opinar.
Es como el National Geographic de los sentimientos, y sin tener que abonarte a ningún canal digital, sin cuota, sin cuates y sin cuitas: a pecho descubierto.
Me acabo de meter en estos berenjenales cibernéticos y…. ¡zas! me sueltan a un león, como si una estuviera -en estos precisos momentos de mis últimas circunstancias- como para salir corriendo. Pero no, aguanto el tipo, recorro la piel de sus renglones, le miro fijamente a su par de metáforas que tiene por ojos, me quedo saboreando como casi me llega su respiración. Y sigo pensándome «tigre» -dice mi horóscopo chino- por eso él sabe que yo también sé llevar «los signos más externos de las zonas más secretas de tu alma» o de la mía. El único miedo se lo tengo a » comolopintan». Ya se sabe el león siempre es menos fiero que….
Hola, Berbel, guapísima. Me alegra que hayas pasado por aquí y andes en estos berengenales. Un besote grande.
Soy incapaz de vivir con serenidad. Devoradora de momentos presentes, desgarro los tiempos pretéritos y acecho la experiencia futura.
Y mis venenos son otros que yo misma segrego.
….
Prometí leerte y me lanzé a escribirte. Un saludo animal.
Bienvenida a tu casa, nogal.esa. Es una palabra hecha de aire y palabras. (También de conexciones informáticas, pero eso es más prosaico). Ya ves, no sólo de papel viven el hombre y la mujer…
Un abrazote.