El pasado 8 de julio finalizó la primera edición del Taller de Literatura Anroart (TLA para los amigos). Hasta esa fecha y desde el pasado mes de octubre, una veintena larga de personas de ambos sexos y de todas las edades, se reunieron semanalmente durante dos horas (y trabajaron de forma individual muchas horas más) en este taller teórico-práctico de introducción a la narrativa.
Algunos de ellos son escritores en germen o autores clandestinos; otros ya han hecho sus primeras incursiones en el mundo literario, mediante volúmenes colectivos o premios de diversa índole. Pero a todos les une la misma curiosidad, el mismo afán formativo, la misma inquietud: la de crear mundos de ficción que se parezcan sospechosamente a este que transitamos juntos día a día.
Al hilo de mis peroratas interminables (y de algunas charlas interesantes, realizadas por profesionales de valía en sus respectivos campos) reflexionaron sobre algunos de los aspectos esenciales de la narrativa analizando textos eminentes, extrayendo las técnicas que les confieren singularidad y aplicándolas a sus propios trabajos.
El proyecto del TLA surgió el año pasado por estas fechas, de una conversación entre Jorge Alberto Liria, director de Anroart Ediciones y de quien esto escribe, en la que hablamos de dos necesidades importantes y complementarias: la de proporcionar a los nuevos autores técnicas útiles para aumentar la calidad de sus originales y la de establecer un taller estable que permitiera profundizar en la materia que yo trato habitualmente en los talleres que imparto en otros foros.
El resultado de esa conversación fue un taller de ocho meses de duración, concebido como un curso de introducción a la escritura narrativa, siempre asumiendo una perspectiva no académica. Ese mismo taller que acaba ahora y en el cual se han tocado temas esenciales a partir de obras de importancia capital, desde el Poema de Gilgamesh a Veinticuatro horas en la vida de una mujer, pasando por El extranjero, Ficciones o La espuma de los días. Los aspectos estructurales del cuento y la novela (puntos de vista, desarrollo de conflictos, diseño de personajes, tratamiento del tiempo y del espacio, composición) se han combinado con algunos recursos que es imprescindible dominar (el diálogo, el monólogo, la organización argumental) y con diversas técnicas útiles (la prolepsis y la analepsis, la muñeca rusa y el cuento-receta, el Logo Rallye y el binomio fantástico), además de reflexionar sobre las especificidades técnicas de diversos subgéneros muy populares en la actualidad, como la novela negra o la novela histórica y todo ello complementado, además, por los seminarios ofrecidos por Sergio Hernández, Aitor Guezuraga, Ángeles Jurado, Nayra Pérez, Santiago Gil y Jorge Alberto Liria, sobre orto-tipografía, escritura cinematográfica, escritura en blog, poesía hispánica, periodismo literario y edición.
Ahora, al finalizar esta primera edición del TLA (esta experiencia piloto que no era más que el primer paso de un viaje que esperemos sea largo), hemos decidido no sólo que se trataba de algo útil, sino que además vale la pena continuar y ampliar la oferta. Por eso estamos trabajando en una programación más amplia y en un proyecto de más largo recorrido, que tenga como espina dorsal el TLA, pero englobe algunas otras materias: el Laboratorio Creativo Anroart. En breve inauguraremos un sitio web desde el cual informaremos de la programación de la próxima temporada y de las actividades previstas para el verano. Pero puedo adelantarte ya que la matrícula para la edición 2010-2011 del TLA se abrirá en la primera semana de septiembre.
Ha sido un curso de pequeñas satisfacciones semanales, de grandes sorpresas y de mucho aprendizaje, tanto para los participantes en el taller como para quien lo impartió. Sí, porque lo más importante de esta actividad ha sido, precisamente, la participación, el esfuerzo y la dedicación de quienes han hecho posible que este Laboratorio Creativo de Anroart (que aún no se llamaba así pero ya era lo que será) comenzara con tan buen pie. Desde aquí quiero expresar mi agradecimiento a todas y cada una de esas personas (incluidas las cinco que por motivos laborales o personales no pudieron finalizar la temporada). A quienes sí pudieron, aprovecho para decirles que nos veremos, espero, muy pronto, en el taller avanzado que comenzará en octubre, para continuar diciendo asombro donde los demás dicen solamente costumbre (conseguí llegar al final de esta entrada sin citar a Cortázar, pero ya saben que es difícil no citar a Borges).
Estoy deseando inscribirme en el TLA avanzado.
enhorabuena al equipo por el trabajo realizado, más aún por la ilusión de ampliar el proyecto; estoy seguro de que irá más allá del sueño, de que lo veré crecer 😉
En mi vida personal y literaria siempre habrá un antes del curso y un después del curso. Ya sabes lo que pienso, pero insisto: gracias a ti por compartir tus experiencias con tanta simpatía.Un abrazo, profe.
Fue un gustazo trabajar con ustedes. Y sé que lo seguirá siendo.