Snuff. Cuando la literatura es cosa de valientes

12 01 2013

A veces pienso que la verdadera literatura es cosa de valientes, solo apta para aquellos que tienen el valor de mirar al abismo y permitir que este les devuelva la mirada. Este podría ser el caso del libro que elegí esta semana para La Buena Letra, una novela escrita con las tripas, literatura de alto voltaje que Barthés hubiera incluido entre los que el llamaba «textos de gozo» y que es como esos programas sobre enfermedades embarazosas: te da repelús pero no puedes dejar de mirar.

Se trata de Snuff, del niño terrible Chuck Palahniuk, quien hace literatura de primera división pero llevando la incorrección política hasta límites insospechados.

Snuff, de Chuck Palahniuk, Barcelona, Mondadori DeBolsillo, 197 páginas.

Snuff, de Chuck Palahniuk, Barcelona, Mondadori DeBolsillo, 197 páginas.

Un vídeo snuff, como sabes, es uno de esos vídeos que, al parecer, presentan escenas de tortura y muerte real. Conocemos bien el concepto por películas como Tesis o Asesinato en 8 mm. Pero esta novela no trata sobre vídeos snuff, sino sobre la industria del porno, con todo lo que tiene de cosificación, de degradación y de camino a la perdición.

Snuff transcurre en una sala de espera donde 600 individuos esperan en calzoncillos para participar en la última película de Cassie Wright, una estrella hardcore que piensa retirarse de la industria batiendo el record mundial de gang bang (que, por cierto, está en 251, que ostenta la actriz Annabell Chong).

600 individuos convocados en casting público esperando turno para ir de tres en tres a fornicar con Cassie Wright. Pero los protagonistas de la novela son cuatro personas: el señor 600, un actor porno ya cuarentón que ha rodado ya muchas veces con ella, el señor 72, que sospecha que es hijo de la actriz (hay toda una leyenda urbana sobre los bebés porno que son concebidos en los rodajes y luego abandonados al nacer), el señor 137, un actor de televisión homosexual que acaba de ser despedido y Sheila, la ayudante personal de Cassie Wright que es quien tiene que organizar a estos 600 berracos.

La novela está contada en primera persona, pero de forma coral, porque las voces de estos personajes se van alternando, ofreciendo así puntos de vista complementarios a la acción y desvelando u ocultando los detalles que harán que finalmente se dé la vuelta. Porque, como en todas las buenas novelas, en Snuff nada es lo que parece y la historia dará un giro imprevisible.

Cassie Wright, en cambio, apenas tiene voz en la novela. Para unos es una obsesión, para otros un recuerdo doloroso, para la mayoría una cumbre inalcanzable, mas, para todos ellos, una suicida que ha elegido la más singular forma de inmolación.

Con una cruel mirada a las miserias humanas y valiéndose de una prosa de tendencia expresionista y oral que ya quisieran para sí muchos autores de esos que intentan ser “elegantes”, Palahniuk consigue que esta historia sórdida y provocadora adquiera una enorme profundidad, elaborando un hábil retrato de la soledad, la desesperanza y los rincones más oscuros del abismo de las relaciones humanas, en una novela corta que acaba convirtiéndose en un drama familiar con un final digno de una tragedia de Shakespeare.

Como en todas las novelas de Palahniuk, hay muchísimo humor negro, largos e inteligentes monólogos y digresiones sobre anécdotas de la cultura pop que mezclan los hechos reales y la leyenda urbana, relacionados, en este caso, con la industria del cine en general y del cine porno en particular.

palahniuk

Chuck Palahniuk nació en Pasco, Washington, en 1964 y se crió entre un remolque y el rancho de sus abuelos. Es periodista y saltó a la fama con su primera novela publicada, El club de la lucha, que, aunque al principio se vendió muy poco y dio pie a una película que fue un fracaso comercial, pronto se convirtió, arrastrada por la película en un título de culto.  Después ha escrito once novelas más (de las que falta una por publicarse en España) varios libros de cuentos y volúmenes de reportajes y ensayo. Pero las que han ganado a los lectores son, por supuesto, sus novelas, entre las que hay que destacar, además de la que nos ocupa y El club de la lucha, Asfixia y Nana. Se le considera heredero natural de Bukowski y de William Burroughs y muy cercano al estilo de otros escritores salvajes, como Bret Easton Ellis (American Psycho) o de Irving Welsh (Trainspotting).

Snuff es una de las más recientes (se publicó en 2008 y se tradujo en 2011) y de las más breves, no desentona con el resto de su obra y resulta una buena introducción a este escritor brutal y, en mi opinión, tremendamente poético, pero, en cualquier caso, completamente auténtico que es Palahniuk. Así pues, para esta semana, Snuff, de Chuck Palahniuk, publicada en Barcelona por Mondadori De Bolsillo, 197 páginas de frases como puñales que no dejan indiferente absolutamente a nadie.

[El podcast completo de La Buena Letra de esta semana, que incluye la desrecomendación del Premio Planeta 1996, además de La Butaca de Francisco Melo Junior, con las nominaciones a los Oscar, el repaso a la cartelera y hasta un incencio, está disponible haciendo clic aquí]


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2 responses

13 01 2013
Paula Nogales

Cielos, Alersi: Chitty Chitty Gang Bang (no puedo sacarme la cancioncilla perversa de la cabeza, pero en vez de «vuelas tú», la palabra con F…). Yo era inocente, Alersi.

20 06 2013
Cornelius

When I originally commented I clicked the «Notify me when new comments are added»
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