En 1975, Akira Kurosawa estrenó Dersu Uzala, una película rodada en escenarios naturales de la taiga siberiana que obtuvo diversos galardones y que se ha convertido en un film emblemático.
Dersu Uzala narra una historia real: la amistad entre un cazador gold y un explorador del ejército ruso. Lo que muchos no sabíamos en la España de aquella época era que estaba basada en un libro inolvidable, escrito por aquel explorador de la película: Vladimir Arséniev.
Geógrafo, naturalista y militar, Arséniev realizó entre 1902 y 1906 dos expediciones para explorar y cartografiar la cuenca del río Ussuri, una región salvaje de la Siberia Suroriental. Y allí, en la primera de ellas, en medio de la taiga siberiana, él y sus hombres se encontraron con Dersu, un cazador nómada de la etnia hezhen. Quizá otro tipo de hombre, otro tipo de militar se hubiese mostrado etnocéntrico o distante con Dersu. Sin embargo, Arséniev, hombre inteligente y de gran sensibilidad, aceptó la compañía y los consejos del cazador con tolerancia, curiosidad y admiración. Eso acabaría salvando su vida y las de sus hombres en varias ocasiones. Dersu Uzala se convirtió pronto en un inestimable guía y amigo y acabaría mostrándole cómo sobrevivir en la naturaleza estableciendo una relación de constante respeto y equilibrio con el medio.
Dersu tenía una visión animista y antropomorfista de la naturaleza. Como descubrió Arséniev, creía que todos los animales, plantas, y aún los seres inanimados, tenían vida y eran dignos de respeto y susceptibles de razonar con ellos. Esto, para un urbanita, puede parecer cosa de locos, pero para alguien que vive en contacto con la vida salvaje, establece con el medio un equilibrio fundamental.
Arséniev, a partir de su diario de viaje, elabora el relato con marcial parquedad, no exenta de emoción y con pasajes de una singular belleza. Nos hace viajar con él y con Dersu en sus dos largas expediciones a través de esa remota región situada entre Rusia y China, la cuenca del Ussuri y las montañas de Sijote-Alin, una zona misteriosa y poco explorada, y nos enfrenta a grandes escaladas, a cruces de ríos caudalosos, a nevadas inesperadas, a la escasez de alimentos, a encuentros con bandidos o al enfrentamiento con nativos no siempre amistosos.
Así, estas memorias de viajes constituyen un estupendo libro de aventuras, pero, también, y sobre todo, una historia de profundo cariño y eterna lealtad entre dos hombres muy diferentes, el militar culto y el cazador nómada, que se convierten en hermanos para siempre.
De hecho, al fin de las expediciones, Arséniev lleva a Dersu a vivir a su casa en la ciudad, pero Dersu dura poco allí, en ese sitio donde los hombres tienen que pagar la leña para la estufa y la cuenta del agua, cuando en la taiga hay tanta madera y tanta agua que no pertenece a nadie y, por tanto, pertenece a todos.
Cuando publicó Dersu Uzala, Arséniev se convirtió en un auténtico héroe nacional, por sus exploraciones, principalmente, pero también porque el libro pasó a ser rápidamente uno de los libros más populares, sobre todo entre los jóvenes, y, pronto se convirtió en un auténtico clásico.
Hasta su muerte, en 1930, Arséniev gozó de esa fama y de esa gloria y continuó publicando obras sobre geografía. Posteriormente, sin embargo, su viuda y su hija caerían en las purgas estalinistas. Su viuda fue condenada a muerte, acusada de formar parte de una red de espías y traidores dirigida por su marido y murió en 1938. Y su hija fue enviada al Gulag en 1941.
Curiosamente, pese al triste final de la familia, el libro continuó siendo un texto de lectura obligada, un verdadero clásico con el que no puede el tiempo.
La tribu de los Hezhen, a la que pertenecía Dersu, aún existe. Pertenecen a ella unas 18000 personas, repartidas en la franja del Ussurri entre Rusia y la República Popular China.
Así pues, ahí queda La Buena Letra de esta semana, una historia basada en hechos reales y magníficamente contada por Vladimir Arséniev: Dersu Uzala, disponible en varias ediciones, por ejemplo, de Akal, en Madrid, 320 páginas de aventuras, viajes, ecología, tolerancia y, sobre todo, amistad.
Tus libros y tú son buena gente.
Gracias, amigo. 🙂
[…] https://alexisravelo.wordpress.com/2013/03/16/dersu-uzala-la-naturaleza-y-la-amistad/ […]
Lo leí hace muchos años y es genial.