El domingo por la tarde: esos ratitos tontos en los que uno puede aprovechar para ver una comedia en la caja boba, dejarse llevar por la nostalgia de los buenos amigos y revisar antologías poéticas.
Hoy he hecho esas tres cosas: dan La fiera de mi niña en TCM, me he acordado de Antonio Becerra (que ha llevado su movilidad exterior a Ecuador), y, por eso, he terminado repasando su Antología poética de Gracialiano Afonso (Academia Canaria de la Lengua, 2007).
Entre los poemas sin datar de este poeta, traductor y teórico que vivió entre 1775 y 1861, he vuelto a encontrarme con este soneto, creo que no muy conocido, y que ofrezco aquí a tu consideración para solaz, esparcimiento y enriquecimiento (quiéralo el Cielo) de futuras generaciones:
Los Borbones
Decrépito un Borbón alza en el Sena El férreo cetro con caduca mano, Y al pie del trono que erigió el britano A los nobles franceses encadena; Perjuro otro Borbón, de angustia llena Al inocente infeliz napolitano, Y otro Borbón en el recinto hispano Labra, aunque en vano, la servil cadena: El averno abortó a los Borbones Para usurpar al hombre sus derechos; Pero, ¡estirpe orgullosa!, no blasones Esclavizar al mundo con tus hechos, Pero esos hierros que forma y eslabones Puñales son, que pasarán sus pechos.
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