Llegar a casa tras cumplir tus deberes tributarios, encender el ordenador para preparar La Buena Letra de mañana (le han dado el Príncipe de Asturias a Muñoz Molina, pero ha fallecido Tom Sharpe) y encontrarte con este tuit de tu editor:
Esto es lo más parecido a mi idea de lo que es tener una buena mañana.
La estrategia del pequinés se editó en febrero, comenzó a distribuirse en marzo y estamos a 6 de junio. Nunca había alcanzado una segunda edición tan pronto. Así que ya imaginarás mi alegría. Y quería compartirla, antes que con ninguna otra persona, contigo, que sigues este blog y que, seguramente, eres una de las personas que han hecho posible este pequeño milagro.
Por eso, además de darte la noticia, quiero expresarte mi agradecimiento por tu apoyo, tu amabilidad y, sobre todo, por hacer que yo pueda vivir un día más presumiendo de lectores.
Estoy tan orgullosa de ti 🙂
Qué linda eres, bandida…
Siguiendo el simpático símil de Correa: escalando puestos en el tour.
¡¡Felicidades!! Deseándote una tercera edición….
¡Gracias!
Es que el pequinés engancha como novela tanto como tú como persona, nosotros si que podemos presumir de conocerte y de leerte!! Cuando pienso en Sharpe me veo leyendo en el metro y cerrando Wilt por la risa.
Una cañita por esa nueva edición!!! Bien!!!
¡Gracias, guapísima! Ah, Sharpe… En la siguiente entrada digo algo sobre él. Poquito, pero con cariño.
Desde Unibelia te felicitamos, tanto nosotros como tus alumnos. ¡Orgullosos del profe! ¡Un abrazo!
Gracias, jefe. 🙂
¡Y yo tengo una primera edición dedicada por el autor! ¡Enhorabuena!
Muchas gracias por la parte que me toca. Debo confesar que «La estrategia…» no la he empezado, si bien la tengo ahí. Tengo una curiosa edición de «El Gatopardo» que muy lejos de parecer una anticualla me resulta muy apropiada para entender los tiempos que vivimos.
Y por cierto: «El País» no es, ni de lejos, la fuente de la verdad que dejas entrever en tus libros. Bien es verdad que fuentes (incluso Fuentes) no es lo que hoy en día abunda por estos lares.
No olvides mi ominosa amenaza, Pelúo: ¡Te seguiré leyendo!
¿»El País» como fuente de la verdad? No los sigo ni en Twitter… jejejejeje