[Aquí, el podcast de La Buena Letra y La Butaca]
Juan Gelman nos dejó esta semana, a los 83 años, después de una enfermedad larga y dolorosa. Suele ocurrir, en este mundo desordenado y caótico, que muchas personas no descubren a ciertos escritores hasta que son noticia por causa de su fallecimiento. En La Buena Letra ya hablamos de él en abril de 2011, en A Vivir Canarias y creo que el título del que hablamos en aquella ocasión, Sidney West y otros poemas, es el libro perfecto para quienes sientan curiosidad por la obra de este poeta, que es de los más grandes que han dado las letras hispanas.

Sidney West y otros Poemas, de Juan Gelman, Madrid, Visor, 351 páginas.
¿Qué es Sidney West y otros poemas? Pues viene a ser la unión de dos libros cruciales en el desarrollo de la obra de Juan Gelman: Cólera buey, y Los poemas de Sydney West. Te pongo en antecedentes, porque la cosa es algo compleja.
Gelman, argentino, nacido en 1930, hijo de judíos ucranianos, fue autor de militancia, muy vinculado a la izquierda y cofundador en los años cincuenta del grupo poético El Pan Duro, formado por jóvenes comunistas que defendían una poesía de raíz popular y publicaban colectivamente.
Pero, hacia 1963 Gelman fue desvinculándose de El Pan Duro y acercándose a lo que luego se daría en llamar Nueva Poesía Hispanoamericana. Si Pablo Neruda había propuesto cambiar el mundo mediante la palabra, los nuevos poetas proponen cambiar la palabra misma. Por eso hablamos de una poesía experimental, que está siempre jugando con las palabras y sus sentidos y creando modos nuevos. En Gelman, que reinventa su estilo casi a cada libro, hay juegos muy interesantes con la puntuación (porque esta no existe), un continuo diálogo (por lo demás bastante irónico) entre la alta cultura y el habla popular y con la comunicación entre lo lírico y lo narrativo.
Cólera Buey está constituido por los poemas supervivientes de nueve libros distintos que Gelman desechó. Y sus dos últimas partes fingen ser traducciones de dos poetas inexistentes, John Wendell y Yamanocuchi Ando; el libro siguiente, está formado por otros poemas de otro poeta que no existe: Sidney West, que cuenta historias de los habitantes de Melody Spring, una no menos inexistente pequeña población de Estados Unidos. Son pequeñas historias que tratan sobre el sapo de Stanley Hook, los ojos de Vernon Vries o las manos de Astor Frederick. Utiliza la poesía para narrar historias, pero lo importante no son las historias, sino los juegos de lenguaje que hace y la manera en que combina tristeza y sentido del humor en apenas unos versos.
A partir de ahí nace un nuevo Gelman que, sin dejar de ser el mismo, será un nuevo y sorprendente Gelman en cada libro. Es muy prolífico, sobre todo en los años noventa, con cosas maravillosas como Mundar, Incompletamente, Gotan, Valer la pena o Salario del impío, pero, para los amantes de las curiosidades, yo recomendaría Dibaxu, en el que retorna a sus raíces hebreas y compone un libro en lengua sefardí.
Cuando hablamos de Gelman, estamos hablando de uno de los más grandes poetas, que es premio Juan Rulfo, Premio Reina Sofía y, nada menos que Premio Cervantes.
Pero también hablamos de un militante convencido que sufrió mucho por defender sus ideas. Ya en su juventud había pasado por la cárcel, pero en los años setenta pasa a formar parte de los Montoneros y, además de la cárcel y el exilio tuvo que sufrir la desaparición de sus hijos. Su hijo y su nuera desaparecen durante el terrible Plan Cóndor y, según se averigua más tarde, su hijo es asesinado, mientras que su nuera es trasladada a Uruguay y allí da a luz, en prisión, a una niña. La cosa es que Juan Gelman protagonizó durante años una campaña para exigir que los hechos se investigaran, hasta que en el año 2000 por fin pudo localizar y reunirse con su nieta, Macarena, que con 26 años se cambió el nombre y tomó el apellido de la familia. Hasta hoy, abuelo y nieta siguieron luchando para que se investigara el secuestro y asesinato de su madre.
Para los interesados en Gelman, existe una bitácora muy completa: www.juangelman.com, realizada por un seguidor suyo y cientos y cientos de páginas que reúnen sus poemas, porque se cuentan por millones los admiradores de su obra.
Así que, para empezar con Gelman, si aún no han empezado, yo recomendaría este Sidney West y otros poemas, un libro crucial porque marca un antes y un después en su obra. Publicado en Madrid, por Visor, 351 páginas de excelente poesía para disfrutar de un poco de belleza en medio de este mundo que a veces es tan feo.