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Te traigo una joyita que salió en la primavera del año pasado, se agotó inmediatamente y volvió a ser editado en diciembre. Está escrito por Florian Illies y se titula 1913, un año hace cien años.

1913, un año hace cien años, de Florian Illies, Barcelona, Salamandra, 315 páginas
Illies fue director del suplemento literario del Frakfurter Allgemenine Zeitung, y del Die Zeitde y la revista de arte Monopol. En la actualidad es socio de una prestigiosa casa de subastas, en la que es responsable de arte del Siglo XIX. Así que se trata de un hombre de vasta cultura, que ha leído todo lo que hay que leer (todas las biografías y autobiografías, los diarios y los epistolarios) y ha sabido relacionar sus contenidos, pensarlos y ofrecérnoslos en esta delicia que con humor y cierta sensibilidad inteligente, recorre, a través de doce capítulos correspondientes a sus doce meses, ese año crucial para el Occidente contemporáneo.
Cuando hablamos de 1913 hablamos, por supuesto, del año previo a la Gran Guerra. Faltaban cuatro años para la Revolución Rusa, Thomas Mann había publicado La muerte en Venecia y planeaba La Montaña Mágica, Marcel Proust estaba a punto de publicar Por el camino de Swann, Freud y Jung rompían definitivamente, Kokoschka y Alma Mahler (la viuda de Gustav Mahler) escandalizaban Europa con sus aventuras, Gustav Klimt hacía lo propio con sus desnudos, Kafka se carteaba con Felice Bauer y Wittgenstein acababa de salir del armario y comenzaba a escribir su Tractatus Logico–Philosophicus que, siendo acaso la más breve, ha sido una de las obras filosóficas más influyentes del Siglo XX. Pero también es el año en que el mundo descubre el Machu Pichu, gracias a un reportaje fotográfico de National Geographic, el año en el que se sintetiza por primera vez el éxtasis y se habla de la necesidad de una Unión Europea. Artistas como Grosz, Camille Claudel, Picasso o Juan Griss están revolucionando el arte y Stravinski y Schönberg están haciendo algo parecido con la música, mientras Robert Mussil escribe El joven Törless y James Joyce, Dublineses.
Todos estos hechos son públicos, están en todas las efemérides. Pero Illies repara también en cosas menos evidentes. Por ejemplo: en 1913 coinciden en Viena tres individuos anónimos, tres tíos jóvenes que no se conocían entre sí: uno era un pintor de baratillo, el otro un activista político ruso y el tercero se dedicaba a probar prototipos automovilísticos y a vivir de las mujeres. Eran, respectivamente, Hitler, Stalin y Tito.
Pero es más: en el mismo mes en que Stalin y Trotsky se ven por primera vez, nace en Barcelona Ramón Mercader, quien muchos años más tarde asesinaría al segundo por orden del primero.
El mérito de Illies no está solo en su erudición, sino en cómo relaciona la información y sabe ofrecérnosla en este hermoso texto que se lee como una novela y combina la efeméride, el anecdotario y la elucubración sobre lo que pudo haber ocurrido en ese año en la vida íntima del sinfín de hombres y mujeres que, en ese momento, estaban haciendo que el mundo se encaminara hacia la modernidad. Un ejemplo: la anécdota con la que se abre el libro.
Transcurren los primeros segundos de 1913. En la oscura noche resuena un disparo. Se oye un leve clic, los dedos se tensan en el gatillo, luego hay otra detonación, sorda. Se avisa a la policía, que acude y detiene en el acto al autor de los disparos. Se llama Louis Armstrong.
El muchacho, de doce años, quería dar la bienvenida al año nuevo en Nueva Orleans con un revólver robado. La policía lo encierra en un calabozo y a primera hora del 1 de enero lo envía a un correccional, el Colored Waifs’ Home for Boys. Allí se comporta fatal y al director de la institución, Peter Davis, sólo se le ocurre ponerle una trompeta en la mano.
Así pues, lo que propongo para esta semana es este libro culto, ameno, divertido y lleno de historias y referencias que nos pueden llevar a muchísimos otros libros. Algo que le está pasando a algunos amigos que lo están leyendo es esto: lo leen anotando nombres de autores y libros que quieren leer. Ya lo dice una amiga mía: me gustan los libros porque son amantes que mueven a la promiscuidad. Pues bien: este libro podría ser, perfectamente, el comienzo de una orgía. 1913, un año hace cien años, de Florian Illies, editado en Barcelona por Salamandra, 315 páginas sobre un año crucial, el año en que el mundo comenzó a ser diferente.
Gracias, me lo apunto. Quizás caiga en alguna feria del libro el año que viene.
[…] he convencido, leeros la reseña buena, la que cuenta de verdad, que es la del gran Alexis Ravelo, AQUÍ. Hasta con podcast […]
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