La buena letra de esta semana es Los amigos, una Bildungsroman que Kazumi Yumoto escribió en 1992 y que, pese a su éxito en aquellos años es prácticamente desconocida en nuestro ámbito cultural. Ahora la publica Nocturna Ediciones (una editorial de esas que nos gustan a ti y a mí, por independientes, por su buen gusto, por sus apuestas arriesgadas e interesantes), en una traducción de José Pozó Espinosa. Se centra en un asunto que suele marcar el paso de la infancia a la adolescencia: la curiosidad en torno al hecho de la muerte.
Tres chicos de doce años (el narrador, Kiyama, un pibe largo y flacucho; Yamashita, el gordito de la clase, y Kawabe, el típico gafotas con ideas extravagantes) desean asistir como testigos a un fallecimiento y poder ver con sus propios ojos un cadáver. Y para satisfacer esa curiosidad morbosa, deciden espiar a un anciano de su barrio, de quien han oído decir a los adultos «que morirá pronto». Efectivamente, en torno a la casa del viejo, que vive solo, en un ambiente descuidado y rodeado de desperdicios, establecen turnos de vigilancia en un juego que ellos se toman muy en serio. Pero, ya se sabe, la observación altera siempre el fenómeno observado, y el viejo se convertirá también en jugador activo.
Con este arranque, indudablemente macabro, Kazumi Yumoto construye un relato oscilante entre el humor negro y la comedia amable, salpicados de reflexión en torno a los roles sociales, porque a partir de esa preocupación por la muerte, y a través de la relación que establecerán con el anciano, los chiquillos van a descubrir cuáles y cómo son las cosas importantes de la vida.
Sin ñoñerías, con mucha inteligencia, Kazumi Yumoto compone una de esas novelas que no se olvidan, y que a mí me ha recordado, por diferentes motivos, a La historia del señor Sommer, de Patrick Süskind, El cuerpo, de Stephen King y algunos cuentos de Ignacio Aldecoa, Lauro Olmo o Ana María Matute. La mente es así: mezcla el recuerdo de textos de muy diferentes épocas, estilos y latitudes. Acaso porque todos ellos tratan, cada uno a su manera, temas universales: la lealtad, el paso del tiempo, la necesidad del amor, la soledad o la aceptación de lo inevitable.
Los amigos gustará a los jóvenes, pero también a los adultos. Y proporciona a ambos una excelente oportunidad de leer juntos y hablar sobre lo leído, porque, qué carajo, ya sabemos que la familia que lee unida permanece unida.
En todo caso, solos o en compañía, esta joyita es para no perdérsela: Los amigos, de Kazumi Yumoto, editada en Madrid por Nocturna Ediciones, 210 páginas entre el dolor, el humor y la ternura.