Francisco González Ledesma: las leyendas no mueren

2 03 2015

gonzález ledesma

Ha fallecido Francisco González Ledesma. También Silver Kane. Y Rosa Alcázar. Y Fernando Robles. Porque este periodista y licenciado en Derecho. maestro indiscutible de la novela negra, firmó también con esos nombres (y algunos más) cientos de novelas del oeste y románticas, antes de escribir de ganar el Premio Planeta con Crónica sentimental en rojo y saltar a la fama como el creador de Méndez, el policía gatuno de ropas poco pulcras, que lleva siempre los bolsillos llenos de libros imprevisibles. Salvo aquel en el que lleva un arma no reglamentaria, generalmente una Colt automática o un Python salido de vaya usted a saber dónde. Un inspector de la vieja guardia que habita en un tugurio en el que lo único de valor son libros y recorre las calles con modos tan violentos como sensibles cuando se da el caso. Que es capaz de recorrerse una calle amedrentando al puterío antes de ir a socorrer a la familia de un chorizo que ha detenido él mismo.

No he leído todo lo que publicó González Ledesma (nadie lo ha hecho, supongo, dada la extensión y variedad de su obra), pero jamás he dicho no a un libro suyo cuando lo he tenido delante, porque es de esos insólitos autores capaces de hacértelo olvidar todo cuando navegas entre sus palabras.

Yo no lo supe hasta mucho después, pero González Ledesma estuvo entre mis primeras lecturas. Porque estas fueron novelitas del oeste. Todo se debe a una casualidad, al hecho de que mi padre no fuera hombre de cuentos infantiles. Cuando había de contarme un cuento para que durmiera la siesta (mi padre jamás estaba en casa por la noche), me leía las novelas del Oeste que eran casi sus únicas lecturas. Por eso, probablemente, mi primer contacto con la ficción, fueron aquellos bolsilibros de diez capítulos y entre 96 y 100 páginas, en los que héroes solitarios hacían justicia en un mundo violento. Hará ahora unos treinta y siete años, Marcial Lafuente Estefanía (el favorito de mi padre) y Silver Kane pululaban por casa. Y de este último (mi favorito) aún conservo algunos libros.

Luego, cuando fui mayor y más culto (y probablemente más tonto), reflexioné mucho sobre esos autores y autoras que durante una época gris escribían aquellas novelas firmando con nombres de sabor norteamericano y que, en muchos casos (como el de González Ledesma), introducían en ellas de forma casi imperceptible un sabor literario que ya para sí hubiesen querido muchos de los entonces célebres escritores españoles de la galería.

A Francisco González Ledesma nunca lo conocí en persona. Al contrario de lo que me ha ocurrido con otros maestros (Andreu Martín, Juan Madrid, más jóvenes), cuando comencé a ir por la Península, un ictus lo mantenía ya postrado (aunque, aun así, continuó escribiendo). Pero siempre, en cada viaje a Barcelona, he deseado secretamente que un milagro le hiciera recuperarse y aparecer por Negra y Criminal, para poder decirle lo mucho y bueno que me han dado sus libros y lo mucho que he querido siempre a Méndez y lo mucho y bueno que sus novelas me enseñaron.

Ya no podrá ser. Y, aunque me gustaría estar ahora mismo allá para presentarle mis respetos y dar mi pésame a su familia, quizá es justo que yo no haya podido llegar a conocerle en carne y hueso.

Ahora, como Méndez, o como los héroes de sus westerns, al menos para mí, González Ledesma es leyenda. Y las leyendas no mueren. Jamás.


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4 responses

2 03 2015
MaiteUró

Reblogueó esto en Maite Uróy comentado:
Lo comparto porque no se me ocurre nada mejor que decir y porque yo también leía las novelas del oeste de mi padre.

11 05 2015
Encuentro en Friburgo | Ceremonias

[…] porque hace unos años ya visitaron Friburgo mi querido Lorenzo Silva y el desaparecido (y enorme) Francisco González Ledesma para un coloquio similar, que posteriormente quedaría recogido en Trayectorias de la novela […]

14 07 2016
pepe sanchez

Tengo 67 años y leo mucho,mucho, pero me acuso padre, de que , siendo pequeño (6 a 10 años) me lei todo Marcial Lafuente Estefania y a silver kane y a todo quisque que se ponia a tiro, nunca mejor dicho.¿Crees , Alexis , que eso influyó negativamente en mi formación, porque luego en la vida , la verdad, no he tomado muy buenas decisiones.Como si tuviera que haber elegido mejores lecturas, pero en aquellos tiempos oscuros, no tenia a nadie que me iluminara el camino, como hoy en dia , vamos, lo tiene la infancia y la juventud.

17 07 2016
Alexis Ravelo

No lo sé. Yo también leía a Silver Kane y a Lafuente Estefanía y mis decisiones también han sido muy malas. Pero que nos quiten lo bailao, Pepe.

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