Howard Fast, un superventas desconocido

30 05 2015

[Si te apetece escuchar el podcast de La Buena Letra, solo has de hacer clic aquí]

Sí, soy un impresentable, porque he tenido este blog (y La Buena Letra) muy abandonados durante algunas semanas. Pero, para compensar, te traigo una novelaza de esas que todo el mundo cree conocer pero muy pocos han leído, y que, encima, aunque escrita a principios de los años cincuenta, me parece de una vigencia absoluta y la firma un autor interesantísimo al que vale la pena acercarse.

La buena letra, VI, 25 Espartaco, de Howard Fast, Edhasa, Barcelona, Edhasa, 499 páginas

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Espartaco, de Howard Fast, Edhasa, Barcelona, Edhasa, 499 páginas

Te hablo de Espartaco, la novela que Howard Fast escribió en 1951 y que dio pie a una película histórica en todos los sentidos, porque no solo es ese su género, sino que cuando Kirk Douglas se empeñó en que en la película de Kubrick figuraran en los títulos de crédito los nombres de Howard Fast y del guionista, Dalton Trumbo, estaba rompiendo oficialmente con el macartismo y con la lista negra.

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Ambos (Trumbo y Fast) llevaban años sin poder firmar con su propio nombre nada en Estados Unidos. El primero, de quien hablamos hace unas cuantas semanas, había figurado entre los Diez de Hollywood. El segundo, se había negado a dar los nombres de quienes contribuyeron a auxiliar a los huérfanos republicanos durante la Guerra Civil Española, y por ello lo enviaron a la cárcel y sus libros, principalmente Ciudadano Tom Paine (una novela histórica sobre la vida de Thomas Paine), fueron prohibidos en EEUU por orden de J. Edgar Hoover. Y allí, a la sombra, Fast, un judío norteamericano de ascendencia anglo–ucraniana, comenzó a interesarse por la historia del gladiador tracio que comandó la rebelión de esclavos que marcó el fin de la República romana. Pero, claro, cuando acabó el libro, ninguna editorial quería publicárselo, porque estaba en la lista negra. Así que hizo lo que ningún autor debe hacer: se lo editó él mismo. Y tuvo suerte: se vendieron 40 000 ejemplares en tapa dura y varios millones más en los años que siguieron. La novela fue traducida a 56 lenguas antes de que diez años después Kirk Douglas decidiera adaptarla al cine.

¿Por qué ese éxito de Espartaco? Uno puede decir que porque se trata de una historia épica, que habla sobre la libertad y sobre héroes peplum, lo cual siempre da momentos entretenidos de domingo por la tarde. Pero, cuando uno lee Espartaco se da cuenta de que el éxito se debe, sencillamente, a que Howard Fast es un escritor formidable.

Para empezar, la forma de composición de la novela es exquisita: la historia comienza cuando ya los esclavos han sido vencidos y sus cadáveres se exponen, crucificados, a lo largo de la Vía Apia. Esa vía la recorren varios jóvenes romanos que se dirigen a Padua y que, en un alto en el camino, se encontrarán con Graco, Cicerón y Craso, tres figuras históricas contrapuestas cuyas vidas han dado un vuelco tras la rebelión de Espartaco. A través de sus recuerdos, de aquellos que han visto o les han contado, de cómo se desarrollan las relaciones entre ellos, va a haber no solo un acercamiento hacia esta figura legendaria del esclavo tracio que logró poner en jaque a Roma, sino un viaje hacia la psicología del dominador, del privilegiado, de aquel que vive sin conciencia de maldad en un sistema cosificador e inhumano.

Es, también, una novela sobre los periodos de cambio de paradigma económico y, por tanto, de cambio de modelo social; esos cambios, como se dice en la novela, que no vemos venir porque se producen tan lentamente que son casi imperceptibles. Y es, por supuesto, una novela sobre la libertad y la justicia, sobre cómo un modelo económico que privilegia a una minoría puede sostenerla sobre la cosificación y la explotación de muchos otros, al mismo tiempo que se crea una enorme masa social que consiente al estar dominada por la miseria moral.

Así pues, Fast construye una novela compleja, inteligente, que trata sobre la humanidad como fenómeno colectivo pero también se acerca al fenómeno humano individual, a su interioridad, hablando de sus pasiones y posibles virtudes, mostrándonos lo peor pero también lo mejor que puede haber en nosotros mismos. Con un hábil manejo de la intriga narrativa, nos lleva a través de pasajes bellísimos y nos hace pensar mucho mientras recorremos este singular periodo histórico.

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A Fast lo estamos redescubriendo en España ahora. Parte de la culpa, la tiene editorial Navona, que está publicando las novelas policiacas que firmó en su momento con el seudónimo de E. V. Cunningham. La primera es Sylvia, que publicaron el año pasado. La segunda, Sally, más reciente. Tanto una como otra son también verdaderas sorpresas, porque, igual que Espartaco trasciende el género histórico o la simple novela de aventuras, estos dos títulos son mucho más que novelas negras al uso.

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Así pues, Howard Fast es un nombre del que yo compraría todo lo que viniera impreso. Y se puede empezar por sus novelas policiacas o por sus novelas históricas, pero no hay que perdérselo. Yo, en estos días, quizá porque la política lo invade todo y en este libro he descubierto respuestas a algunas preguntas que me hago cuando veo cómo algunos y algunas se intentan aferrar al poder, recomendaría, para empezar, Espartaco, publicada en Barcelona por Edhasa, 499 páginas de perfecta literatura.





Nnegra de Arona 2015

11 05 2015

El miércoles, día 13, a las 18:00, en el Centro Cultural Los Cristianos comienzan las Jornadas Nnegra de Arona. No son las más multitudinarias ni las que ocupan mayor espacio en la prensa. Ni siquiera son las que reúnen a mayor número de autores. Pero desde hace ocho años llevan reuniendo en Los Cristianos a lo mejorcito de la novela negra en español y por ella han pasado autores como Andreu Martín, Juan Madrid, Lorenzo Silva, Raúl Argemí, Antonio Lozano, Luis Gutiérrez Maluenda o Eugenio Fuentes, junto a otros más jóvenes como José Luis Correa, Yanet Acosta, Susana Hernández o Javier Hernández (cito de memoria y solo por dar una muestra, por lo cual es muy posible que se me olvide alguno). El encuentro suele desarrollarse a lo largo de tres jornadas vespertinas, combinadas con un taller de mayor duración que se celebra en los institutos del municipio y que culmina en la jornada matutina del viernes, consistente en un encuentro entre uno de los autores invitados y los talleristas.

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El programa de este año es algo apretado, pero completo. El miércoles, a las 18:00, tras la inauguración, me toca a mí dar el pistoletazo de salida con una conferencia titulada «El historial del sospechoso», que pretende ser un rápido recorrido histórico-analítico por el género, antes de la proyección de El último refugio, un peliculón absoluto de Raoul Walsh.

Al día siguiente, siempre a partir de las 18:00, haré una lectura presentación de Las flores no sangran, como telonero de uno de los platos fuertes de esta edición: la presentación de Subsuelo, de Marcelo Luján.

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Luján no solo ha escrito novelas excelentes (La mala esperaMoravia), sino que además es un gusto oírlo hablar. Y esta vez lo hará con Eduardo García Rojas, uno de esos tipos de los que uno aprende algo en cuanto abre la boca.

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El viernes 15, por la mañana, tendrá lugar el acto Descuartizando a Rosa Ribas. Será en el Auditorio de La Camella y los descuartizadores serán los integrantes del alumnado de los institutos de Arona que han participado en el taller literario en torno a La detective miope.

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Y por la tarde, nuevamente en el Centro Cultural de los cristianos, antes de una mesa redonda acerca de la actualidad del género, habrá un encuentro entre Rosa (ese encanto de mujer, esa cabecita tan bien amueblada) y el público adulto, también moderado por Eduardo García Rojas, en el que se hablará de la obra de Ribas, desde El pintor de Flandes Miss Fifty, pasando por las historias protagonizadas por Cornelia Weber Tejedor y las recientes novelas escritas a cuatro manos con Sabine Hofmann, Don de lenguas y El gran frío.

El gran frío - Rosa Ribas - Sabine Hofmann

Así que ya ves, las jornadas Nnegra de Arona 2015 vienen cargaditas y con autores que pisan por primera vez Canarias. Una oportunidad única de conocerlos y acercarte a su obra de primera mano. Si vives en Tenerife y te interesan las últimas tendencias de la novela negra, yo, en tu lugar, no me lo perdería. Pero tú verás lo que haces. Luego no vengas a quejarte.

[Coincidencias de la vida: el sábado, Marcelo, Rosa y yo nos vamos juntos desde Arona directamente para Valencia Negra, donde Luján y yo nos enfrentamos a cara de perro con Empar Fernández, Eugenio Fuentes y Javier Valenzuela por un premio. Como se puede votar por Internet, yo ya he votado. Por la novela de Marcelo, por supuesto].





Encuentro en Friburgo

11 05 2015

No: no es el título de una novela de Sándor Márai. Es un post que alude a algo en lo que acabo de tomar parte. Algo muy bueno. Y, cuando te ocurre algo bueno, es como si hubieras tenido una aventura con George Clooney o Catherine Z. Jones: está muy bien que te haya ocurrido, pero es todavía mejor poder contarlo.

El viernes, día 8 de mayo, José Luis Correa y yo tuvimos una oportunidad única (que aprovechamos): la de visitar la Universidad de Friburgo (Suiza) para asistir al coloquio de fin de semestre con el alumnado de máster, invitados por la Cátedra de Español de esta universidad, que ostenta Julio Peñate Rivero. Eso que etiquetamos en Twitter como #noirisleñoenSuiza.

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A lo largo del día (desde las ocho de la mañana hasta aproximadamente las seis de la tarde), Caroline Anthenien, Fabiola Berset, Cristina Dorado, Lisa Frigerio, Manuela González, Juana Carolina Goop, Milena Müller, Karina Rettich y Alessandra Zaccone dictaron sus ponencias sobre nuestras novelas, con especial atención a las primeras pero sin dejarse atrás algunas de las más recientes. Con rigor, con una mirada en ocasiones muy fresca las analizaron precisando sus defectos y sus posibles bondades e iluminando, en algunos casos, zonas de sombra que a los propios autores se nos habían escapado.

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No era el primer encuentro que esa cátedra promovía con autores españoles. Existe un ilustre precedente, porque hace unos años ya visitaron Friburgo mi querido Lorenzo Silva y el desaparecido (y enorme) Francisco González Ledesma para un coloquio similar, que posteriormente quedaría recogido en Trayectorias de la novela policial españolaeditado por Visor Libros, uno de esos títulos que contribuyen a dotar de contenido crítico este género que tanto lo necesita.

En mi caso, me interesaron mucho algunas cuestiones aportadas en las ponencias sobre mis novelas: el tratamiento del espacio en La estrategia del pequinés, analizado por Caroline Anthenien y Milena Müller, que distinguieron entre espacios para el refugio y espacios para la salvación; la reflexión sobre la culpa y la forma en que el mal se encadena en Solo los muertos, expuesta por Karina Rettich y Manuela González (que no dejaron de hacer una interesante aportación sobre los estereotipos de género en esa segunda entrega de la serie de Eladio); y, last but not least, el fino análisis general que Lisa Frigerio realizó en torno a Tres funerales para Eladio Monroy. Pese a sus muchos defectos como novela (fue la primera que escribí y adolece de muchos problemas de estilo), Frigerio supo hallar en ella algo que define muy bien la vida insular y de lo cual yo no me había percatado hasta el momento: la figura del intermediario y su importancia en el día a día del isleño.

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Uno de los placeres indudables de los cuales disfrutamos los autores es el del encuentro con el lector, el de escuchar de su propia boca sus impresiones acerca de nuestros trabajos, recientes o pasados. Este gozo se amplifica enormemente si quien los ha leído son personas cultas, informadas y que ejercen la cada vez menos frecuente labor del pensamiento crítico.

En esa jornada (en esos días previos y posteriores que pasamos en Suiza), José Luis Correa y yo tuvimos esa suerte, siempre arropados por el profesor Julio Peñate y su esposa, Ana Alonso, que fueron anfitriones, guías y casi padres de estos dos desastrillos despistados que se asombraban a gritos de la belleza de su ciudad. Creo que hablo también en nombre de mi amigo José Luis cuando digo que esta ha sido una experiencia inolvidable y que mi agradecimiento por esta amable invitación será eterno. Sirva como indicio de ello esta presurosa entrada de blog, redactada mientras me preparo para partir a un nuevo evento, que comienza el día 13: las Jornadas NNegra de Arona, de las cuales te hablaré en tan solo unas horas, cuando haya tenido tiempo de deshacer la maleta para hacerla de nuevo.








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