Escribir y publicar cuentos en este país siempre ha sido un suicidio comercial. Hay quien escribe cuentos porque «no se siente capaz de escribir algo más extenso», en la errónea creencia de que escribir un buen texto breve es más fácil que escribir una novela. Por supuesto, se tarda menos tiempo en escribir un mal cuento que una buena novela. Pero los amantes del género breve, quienes lo leen o lo cultivan, saben que enfrentarse a ese «caracol del lenguaje» a ese «hermano misterioso de la poesía en otra dimensión del tiempo literario» (Cortázar dixit), es una tarea que requiere esfuerzo, entrega y, sobre todo, valía.
Este es el caso de David Galloway, obrero constante de lo breve, que ahora presenta una nueva edición de El perfil de las esquinas, un libro que apareció originalmente en 2003, formado por diez cuentos de diferente extensión. Diez oportunidades de adentrarse en diez mundos diversos que en el fondo son el mismo. Diez ejercicios de ficción, de juego con el lenguaje, de indagación en el humán y sus contradicciones. Diez excusas, en fin, para disfrutar de esta disciplina narrativa tan ignorada por unos y tan pateada por otros, y cuyas dificultades podríamos parafrasear aquel eslogan de aquella colonia horrible: «En las distancias cortas, es donde un narrador se la juega».
Galloway presenta El perfil de las esquinas mañana jueves, 22 de noviembre, a las 20:00 en el Club La Provincia (antiguo Club Prensa Canaria) en la calle León y Castillo de la capital grancanaria. Le acompañaremos Jadwiga Stalmach (Yagoda), doctora en Filología Moderna, y quien firma este blog. Si eres de aquellas personas que aman el cuento, allí nos veremos.