Presentación de Tres funerales para Eladio Monroy en la Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife

26 05 2007

Anroart Ediciones, SL
Presentación
Tres funerales para Eladio Monroy

Anroart Ediciones, SL presenta el próximo 30 de mayo en la Feria del Libro de
Santa Cruz de Tenerife (13,00 h.)
el libro TRES FUNERALES PARA ELADIO MONROY,
de Alexis Ravelo. El acto contará con la presencia del editor Jorge Liria y del escritor y periodista Jorge Batista.





Depredadores

25 05 2007

Ahora una nebulosa donde todo se vuelve blando, como el salón visto desde el interior de una pecera; y nosotros cumpliendo cada uno con su rito: yo, envuelto en mi gabardina, en medio de una calle a oscuras, prendiendo un cigarrillo por confundir su humo con el de las fogatas de mi época de scout.
Y usted, también flotando, en la intimidad de su cuarto de baño, peinando con mimo sus cabellos, que caen sobre sus hombros desnudos. Pensaba en las alegrías que podía deparar un sábado por la noche sin la nena en casa, porque la nena esa noche, como cada quince días, dormía en casa de su padre.
Se pondría el vestido rojo, que esperaba sobre la cama igual que un amante impaciente anhelaría estrechar su cuerpo en el abrazo más cálido. De esa misma forma, yo espero, esperaba, esperaré siempre (y siempre es un instante eterno, un ciclo que vuelve a cumplirse una y otra vez), en una esquina los pasos de tacones altos portando la figura de mi secreto gozo.
Mientras, usted repasaba, probablemente, las claves de su cita: Laura, a las diez, a la puerta del pub, pasar por el cajero automático… Todo eso porque no sabía. Qué podía saber si ni siquiera yo sospechaba que se tratase de usted, a quien, sin haber visto nunca, esperaba reencontrar desde hacía tanto. Siempre he tenido ciertas ideas sobre ello. No sé si coincidirá conmigo, pero yo siempre he pensado que estas cosas llegan así, de golpe y sin avisar, aunque pueda haber algo ahí: una suerte de corazonada al subir la cremallera del vestido o, más tarde, entrando en el ascensor. Sin embargo, queda, indefectiblemente, ese vacío, zona muerta donde nunca pueden darse la felicidad completa ni el absoluto pesar.
Y a todo esto, yo esperaba en la esquina, sin saber realmente el porqué, pensando en una mujer imprecisa, una mujer como tantas, que, como las anteriores, era ajena a todo y vaya si me equivoco, porque ahora puedo jurar que existo gracias a usted, que fue precisamente usted quien me llevó desde el principio a ese rito del sábado noche, a aquella esquina inhóspita.
Saludó al portero, que jamás la había mirado con buenos ojos. Claro, es divorciada, y, además, sale los sábados, maquillada y mostrando las piernas como si fuera una… Pero esos cuchicheos los adivina en la mirada cruelmente lasciva del cincuentón, que le lame los senos y los muslos cuando la saluda conteniendo educadamente la saliva.
Recorrió la calle, serena, sin inquietarse por la luna rasgada en gris como en una película de Murnau. Yo estaba allí, a pocos metros, envuelto en la gabardina que era necesaria únicamente como fetiche, como un objeto más de nuestra parafernalia. Vi su silueta, su figura de gacela que pasea ignorante del peligro en las fauces del león que acecha. Sus pasos sonaban cada vez más cercanos y temí que me delatase el palpitar de mi corazón. Creía que estaba allí por mi propia voluntad, que yo era el león. Pero ahora sé que no; que en realidad yo soy la gacela, que es usted el depredador acechante que devorará, al fin, su presa. La brisa anunció su olor a perfume francés y rougé italiano.
Entonces sólo hubo una noche solitaria, una mujer frente a un ser oscuro que empuña un cuchillo sobre cuyo filo danza la luna.

(De Segundas personas)





Utilidad de los muros

25 05 2007

Un muro puede protegerte del frío y la escarcha, del sol y del viento.

Un muro puede evitar que el ruido te invada, que el hedor a podredumbre plague tus fosas.

Un muro puede hacer que tus acreedores te acosen menos, que tu mujer no te abandone. Tal vez, un muro te ayude a no enfrentarte con tus culpas, con tus miedos, con tus pretéritos deseos de incesto.

 63-un-autre-monde-ii-1947.jpg   Sí, pero también puede impedir que escuches una sinfonía de Schumann, un mirlo enloquecido, una declaración de amor.

Un muro te separa de la mujer de tu vida, de tu aventura más sórdida, del más hermoso mar de estrellas.

Cualquier material sirve para edificar un muro, aunque debes saber que cualquier muro puede ser derribado.

Cualquier muro, incluso el tuyo.

(De Segundas personas)

 





Acerca de Credo para una poética contradictoria

13 05 2007

CREDO PARA UNA POÉTICA CONTRADICTORIA es más un juego de conceptos en torno a los cuales opino necesitamos reflexionar quienes nos dedicamos a este oficio aquí y ahora que un manifiesto o la propuesta de una poética. Pese a su apariencia estética posee, eso a nadie se le escapa, una correlato ético y político. Lo he arrojado al ágora para que sea pensado, discutido y, en su caso, suscrito por otros que piensen de manera similar. Iré actualizando con la firma y aportaciones de quienes deseen participar en su elaboración y discusión. Por ahora, Eduardo González Ascanio ha aportado ya dos interesantes y, a mi juicio, necesarias precisiones que, en una primera redacción, se me habían escapado.

Espero tu opinión, autora o autor.





Rojo sobre negro

12 05 2007

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Rojo sobre negro. 17 relatos criminales es el fruto de una pasión compartida por un grupo de escritores que con nocturnidad y sin duda con bastante alevosía, expresa una voluntad común a través de la narrativa breve. Experiencias anteriores (Reincidencias, Ínsulas Encantadas) -desde el año 2000- demostraron que era posible e incluso estimulante llevar a cabo la materialización de un libro con la aportación singular de cada cual ante la sugerencia de una palabra, una idea o un género.

En esta obra colectiva coordinada por Eduvigis Hernández, Macarena N. Cáceres y Berbel, en la que participan: Alexis Ravelo, Macarena Nieves Cáceres, Luís León Barreto, Aitor Guezuraga, Marisol Llano Azcárate, Ángeles Jurado, Elisa Rodríguez Court, Eduvigis Hernández Cabrera, Alicia Llarena, Daniela Martín Hidalgo, Dolores Campos-Herrero, Care Santos, Félix Hormiga, Antonio Lozano, José Luís Correa, Berbel y Santiago Gil. Con prólogo de Jesús Palacios.

Este libro, como tantos otros, no hubiera podido ver la luz sin el equipo de Anroart Ediciones, Jorge (en la foto, es el señor del centro que se ríe, aunque no sepamos bien por qué, ya que sin duda acabaremos arruinándolo entre todos) y Noelia Liria y el magnífico ilustrador Fernando Martínez «Montecruz» que siempre da el último toque para convertir el objeto libro en obra de arte.





CREDO PARA UNA POÉTICA CONTRADICTORIA

11 05 2007

Creo en el valor de mi trabajo, así como creo que todo su valor reside en una autocrítica constante.
Creo en los cánones, en las estructuras y los límites, en las reglas y los mandatos de la Tradición, que están ahí para ser violados, mas sólo cuando es estrictamente necesario.
Creo en el ensimismamiento del creador, pero sólo puesto al servicio de la comunicación con los demás seres humanos. Cuando la comunicación no existe, la creación es inútil.
Corolario: Sólo al ser leída por otro que no es su autor, la escritura se convierte en literatura.
Creo en la amenidad y en la profundidad. Si te aburro, lector, en vano, sin aportar nada que justifique la complejidad (cosa a la cual no tengo derecho alguno), no podré hacerte sentir-conmigo (objetivo último de todo mi trabajo).
Creo en la artesanía. Me niego a caer en la tentación de intentar ser un genio. Si alguna vez, por casualidad, algún destello de brillantez alcanza a mis productos, será en medio del humilde desarrollo de mi oficio.
Creo en la calle. Es ahí donde está el asombro que me condena a la escritura. No en los centros oficiales. No en los estudios de televisión o radio. No en las presentaciones de libros ni en las inauguraciones de exposiciones. No en los banquetes ni en los cócteles.
Creo en la arbitrariedad y en la disciplina.
Creo en los cadáveres putrefactos de las pasiones que estoy llamado a evocar.
Creo en la memoria. Creo en la nostalgia.
Creo en la desacralización de la literatura sin por ello aceptar que literatura es todo lo que por tal se proclama, porque es la única forma posible de tomársela en serio, sacándola de las galerías y entregándotela a ti, lector, único y exclusivo destinatario de mi trabajo, donde quiera que estés, cuando quiera que lo recibas.
Creo en el omnipresente espectro de los maestros que mueven mi mano mientras escribo estas mismas líneas. Creo en el exorcismo.

Creo en dejar de ser un escritor y ser, a partir de ahora, ya, y para siempre, un mero escribidor. 

Firmado:

Alexis Ravelo.

Eduardo González Ascanio.

Judith Bosch Molina.