El hombre que despreciaba los micrófonos

8 09 2009

josemariamillares

Había nacido en 1921 y participado en algunos de los más importantes movimientos literarios de la segunda mitad del siglo XX en Canarias. Sufrió proceso y cárcel por los contenidos de Planas de Poesía, la mítica revista de la cual fue cofundador. Compartió vida con Pino Betancor, otra firma imprescindible. Era autodidacto y siempre me pareció deliciosamente irreverente y francotirador. Yo tomé contacto con sus versos en una edición de Liverpool realizada por Funámbula en 1990. Me sorprendieron y fascinaron aquellos extensos poemas inspirados por Liverpool o Hong Kong, plagados de imágenes que me sorprendían y me atraían, con un ritmo inasible e inimitable. Después conocí otros libros suyos, con estilos muy diferentes, pero siempre personalísimos: Celdas, Cuartos, Pájaros sin playa.

Sin embargo, no asistí en persona a ninguna de sus escasas apariciones públicas hasta este mismo año, cuando con motivo de la edición de Liverpool por la editorial Calambur (y coincidiendo con la concesión del Premio Canarias de Literatura) intervino en el Club Prensa Canaria. Recordaré siempre (lo recordaremos todos los que allí estábamos), cómo, en medio del acto, el octogenario se levantó de su silla de ruedas y, apartando los micrófonos pidió al auditorio que le fuera permitido, acaso por última vez, recitar poesía “como siempre se había hecho entre poetas”, despreciando micrófonos y permitiendo que fuera el aire el caballo sobre el cual cabalgara la palabra. Y así recitó de memoria uno de los poemas de Liverpool, ese libro que ha sido leyenda entre nosotros casi desde el mismo instante en que fue publicado por aquel veinteañero que él fue y que jamás había estado en las ciudades que evocaba y re-creaba con aquellos versos escritos “sobre la caliente oreja de un reloj moribundo”. No recuerdo haber sido testigo de gesto más poético que el de aquel día.

Ese hombre se llamaba José María Millares Sall y ha fallecido hoy en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Deja tras de sí una vida llena de poesía y, sobre todo, de libertad. Si aún no has leído nada suyo, quizá es buena oportunidad para que te acerques a Liverpool (a cualquiera de sus libros, pero sobre todo a Liverpool) y cruces este túnel de plomo para ser el primero en llegar con tu sangre a los muelles de Liverpool.


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12 responses

8 09 2009
Míchel Jorge Millares

Yo también estuve en ese acto… Creo que su voluntad nos traspasó a todos, nos empujó hacia nuestro propio sentimiento… Un abrazo

8 09 2009
Santiago

Bello y merecido obituario, Alexis. Un abrazo

8 09 2009
Aryán

Nos quedan sus libros. Y también su voz, que vuelve a estremecernos como aquel día.

El pasado abril, el poeta presentaba en el espacio de RTVE “La Estación Azul” la nueva edición de “Liverpool”, además de repasar su trayectoria literaria y recitar algunos poemas.

http://www.rtve.es/mediateca/audios/20090423/jose-maria-millares-sil-presenta-libro-liverepool-estacion-azul/486503.shtml

8 09 2009
Valen

Gracias Ale, para permitirnos, a los que no vivieron aquella Liverpool,
cruzar ahora aquel tunel de plomo.

Besos

V.

8 09 2009
Leandro BF

Lamentando en la distancia la pérdida que supone la muerte de José María y agradeciéndote Ravelo tu homenaje a otro de nuestros indispensables. Un abrazo escritor y mis memorias al poeta y su familia.

8 09 2009
Luis Junco

Creo que era el último superviviente de esa impresionante generación de planistas -sus hermanos Agustín y Manolo, Ventura Doreste, Pedro Lezcano, José Luis Junco… -que a finales de los años cuarenta lucharon por y con la palabra. Como dice Jorge Rodríguez Padrón: Con su irracionalismo expresivo y su lenguaje fecundo y vigoroso cuestionaron y criticaron las formas anquilosadas de un lenguaje lógico en que se amparaba el orden social y político de aquella época. Siempre seremos deudores de aquell lucha. Un abrazo. Luis Junco.

8 09 2009
Sinnombre

¿Quién es hoy el poeta… ?
Sentido obituario has escrito; él ha cruzado su túnel para llegar a su Liverpool tal y como lo pronunciaba (acentuando el «pool»).
No hay nada como escuchar al propio poeta recitar sus versos.

Un abrazo para toda su familia y amigos.

8 09 2009
Herminia Fajardo

No pude estar en el Club Prensa Canaria pero tuve la surte de escuchar por última vez al poeta días después en casa de su sobrina Elisa Millares. Estaba elegante, vitalista, ingenioso; emocionado recordaba a Pino Betancor -tan poeta, tan compañera- comentando lo que ella hubiera disfrutado con su reconocimiento final, el Premio Canarias.
Nos queda su voz espléndida. Nos queda la certeza de que los buenos poetas nunca mueren.
Gracia Alexis

9 09 2009
Alexis Ravelo

Hermoso regalo el que nos hace Aryán. Creo que todos sentimos, más o menos, lo mismo ante esta desaparición. Gracias a ustedes por recordarle y compartir aquí sus recuerdos.

13 09 2009
Ana

Hay poetas que no mueren. Viven y nos sobreviven en sus versos. Es el caso de José María Millares.

24 10 2009
fauno

Hace tiempo vi un documental sobre su hermano pintor, tan humilde que apenas habló de su poesía.Ahora lo descubriré.Saludos peninsulares

6 10 2010
Ceremonias

[…] España, alguien que quizá no sabía que existía, escuchará el nombre de José María Millares, ese hombre que despreciaba los micrófonos, buscará sus libros, acaso los leerá. Imagino a ese lector o lectora como una persona joven, […]

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